Entrevista con José Cardoso, director de Flores.
Por Andrés Bermeo
AB: Al mirar tus trabajos previos, noto que siempre estas experimentando con la imagen, con el sonido y con elementos formales del cine como las entrevistas. Dicen que el documental es hacer zoom a un fragmento de la realidad que se quiere explorar. En Flores propones un zoom sobre la pantalla para llevarnos hasta el RGB, hasta los píxeles que dan forma a esas imágenes, para después contrastarlas con imágenes de tu intimidad familiar, imágenes de noticieros extraidas de internet y de la naturaleza. ¿En tu película Flores, cómo tejes las conexiones entre las imágenes de tu familia y lo que está ocurriendo afuera, en un mundo que parece caerse a pedazos?
JC: Flores nace de una pregunta acerca del alimento visual que recibo diariamente; me doy cuenta que soy un glotón de alimento visual y que como, como y como sin pausa para digerir esas imágenes que consumo. Entonces decidí hacer una pausa para analizar aquello que estoy comiendo, ya que existen elementos tóxicos que se han metido en mis sueños; me di cuenta que en la psiquis hay una parte que recibe esa ilusión de una pantalla como algo real, que entra en uno y que cobra materialidad en el mundo onírico.
Dentro de estos elementos, lo que me causa algún interés lo capturo por pura inercia, he venido capturando imágenes por años, ya sea en capturas de pantalla, descargando videos, tomando fotos o filmando cosas que me han llamado la atención en algún momento. Empecé a revisar lo que tenía guardado en sesiones que fueron riquísimas, cuando abrí la carpeta donde tenía todo este material que venía de las redes sociales o de otras fuentes, me di cuenta que todo estaba mezclado y que estaba todo organizado por fechas. Para mi fue como un viaje en donde vi de todo, desde cosas muy sutiles como por ejemplo, la búsqueda que uno puede tener del mundo interior, que uno sabe que le nutre; así como cosas muy hermosas de mi hijo, de mi esposa, de mi familia que me llenaba el corazón y al mismo tiempo ¡pum!, me encontraba con cosas del sistema asesino, diseñado para que siempre los mismos tengan el poder, ese sistema horrible que está acabando con el mundo y me di cuenta que me llamaba la atención capturar eso también, ese sistema que tiene como corazón la ambición.
Seguí una entrevista que le hacen a Herzog en la que dice que una película se hace poniendo los mejores momentos en una línea de tiempo y juntándolos y ya está (risas). Empecé a juntar estos momentos sin discriminar cual era la fuente, entonces me di cuenta que era una gamma de cosas de mi familia, de una búsqueda hacia el interior y de noticias que me causaban intriga sobre el futuro planetario.
Luego me pregunté sobre el tema de la ilusión, una imagen en una pantalla afecta tus emociones y ni la imagen ni la emoción son reales y es allí donde entra el budismo, entra Thich Nhat que habla de lo que es una ilusión, un espejismo que te está afectando, pero al momento que tú te acercas no existe, es rojo, verde y azul que se repiten en cierta secuencia para que te afecte emocionalmente. Eso me intereso, ese juego entre que es la realidad y que es la ilusión.
Yo veo las noticias y veo el fin del mundo, pero me doy la vuelta y veo a mi hijo descubriendo el mundo, viendo que el mundo está entero, un mundo lleno de vida, y veo como se apasiona por las cosas más sencillas, eso es una esperanza. Entonces encontré algo interesante, tú puedes ser afectado por la imagen, pero al mismo tiempo esa imagen puede contener algo sagrado, la misma imagen RGB y la voz de alguien que esta despierto como Thich Nhat, que a mí me llevaba hacia adentro.
AB: Hay algo que está siempre presente en tu quehacer cinematográfico, algo que está en constante cambio o lucha. ¿Cómo ha afectado la paternidad tu manera de ver el mundo, hacer cine y relacionarte con este arte?
JC: Algo que me di cuenta es que mi interés por el cine me estaba distrayendo de la paternidad y es algo que se escucha en Flores continuamente. Hay un canal que es exclusivo para el Seidu, ya sea solo, conversando con su mamá o jugando, pero él está presente todo el tiempo. Cuando estoy trabajando en la casa, siempre le estoy escuchando, acompañándole de alguna manera y a veces siento que estoy en cosas que son más superfluas que las que él esta viviendo, él esta en el juego, está en el instante.
En cuanto al cine y la paternidad siento que el cine es un medio de comunicación y me parece interesante que personas que no tienen que ver con las imágenes, como un agrónomo por ejemplo, aprendan a hacer cine porque tiene otro punto de vista, tiene algo que decir, sobre todo cuando lo que tienes que expresar no se puede expresar con palabras. Como un músico que puede expresar mucho más fiel lo que siente con las notas de un saxofón que intentando buscar las palabras justas. Entonces el cine es eso, un juego entre la imagen y el sonido que permite expresar cosas que de pronto no puedo decirlas, entonces la paternidad, vivir, sufrir y aprender son cosas que expreso a traves del cine.
AB: El caos de las imágenes en tu película, con todo lo que está pasando en el mundo, contrasta con la parsimonia del monje y la naturaleza. ¿Qué implicación tiene la naturaleza en Flores?
JC: Para mi hay un misterio de mucha esperanza en la naturaleza, porque por más que vemos al mundo encaminado sin regreso hacia su fin y su destrucción. La naturaleza es generación de vida continua, al igual que la percepción de un niño, es generadora y creativa, se opone a esta destrucción a la que parece estamos destinados.
En Flores hay varios momentos en los que se está observando la naturaleza y en esa naturaleza está la percepción de un niño que se maravilla de una mariposa sobre unos tréboles o de una flor, de un insecto o una rana que al mismo tiempo son parte de un mismo ciclo que todo el tiempo está regenerándose, incluso en la muerte está regenerándose. Para mi es bien interesante eso y creo que ahí hay una respuesta, hay una inteligencia que no estamos ni cerca de poderla utilizar a nuestro favor.
Por ejemplo, si vas al mismo lago donde está flotando la rana y tomas una hoja muerta y agua, depositas esto en un balde y dejas pasar una semana, ahí podrán nacer libélulas, un montón de seres pequeñitos que nacen a partir de esa hoja muerta, que en realidad está llena de vida, donde haya material orgánico hay vida y esa vida esta relacionada con todo. Para mí la naturaleza en Flores es un elemento de esperanza.
AB: Hay diferentes maneras de abordar cada tema, en tu película está presente la noticia, el material de archivo familiar, la búsqueda hacia el interior. ¿De dónde surge esa necesidad de mezclar elementos y trabajar de esa manera?
JC: Creo que son búsquedas para que se abran puertas hacia el interior, cierto material junto con otro material genera sensaciones y muchas de las veces son inexplicables del porque suceden. En Flores la experimentación tiene que ver con lo superficial y lo profundo, como las noticias que están pasando y que parecen no parar de pasar, pero podemos darnos cuenta que tan profundo es el noticiero. Es importante saber que esta pasando, no estoy en contra de los noticieros, pero parecen suceder a la ligera, con un tinte editorial de que ciertas cosas se dicen de una manera, ciertas cosas de otra, depende de quien lo diga. Siempre de una manera muy superficial y si no vas más allá, te comes el cuento.
Buscar que eso se pueda romper y entrar en algo más profundo y que de pronto se pueda romper eso más profundo hasta llegar a algo sencillo, básico, esencial. Como el momento en que llegas a la rana y sabes que es el momento presente, el momento presente es el más hermoso de tu vida, si eso pasaría continuamente estuviéramos en el cielo. ¿Qué hacer con los medios que tenemos?. La imagen y sonido son herramientas que uso para tratar de abrir esa percepción que ya sentí con el material original. A lo mejor utilizándolo de otra manera se pueda llegar un poquito mas allá, para quedarse mas dentro de uno, abrir esa parte de ti y llegar a esa idea de una manera que magnifique y permita encontrar algo más.
Me encanta cuando alguien se queda con una imagen, esa imagen que carga con tanto y que se diferencia de las cien mil que vienen día a día con las redes sociales, es una imagen que tiene sentido, que causó un impacto, que provocó algo.
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